Dios aprieta
pero no ahoga.
La Orquesta Sinfónica de Puerto Rico celebra el 5 de enero lo que se ha convertido en una tradición navideña por más de 20 años; un evento que nos devuelve la ilusión en un futuro mejor. La víspera del Día de Reyes, la orquesta invita al talento musical juvenil a debutar en la Sala de Festivales del Centro de Bellas Artes y resulta el espectáculo más tierno y emotivo que pueda usted imaginar; uno que nos llena de orgullo y esperanza.
La música de Navidad puertorriqueña es una de las aportaciones mas notables que hacemos a la humanidad, tanto la tradicional como la que surge cada año para celebrar las fechas, tiene esa melodiosa armonía que alegra el espíritu. No pasa Navidad sin que traiga usted un ramillete, pida la mano a paloma o cante algún villancico.
Tras un Mosaico Navideño para sentar el ambiente, comenzaron a desfilar una serie de niños que cultivaron la repuesta mas cálida ante la magia del prodigio. Las festividades comenzaron con los gemelos Sofía y Sebastian Acosta, de SEIS AÑOS, que interpretaron a dúo de violín Perpetual Motion. El auditorio se quería caer y comenzaron a aflojarse las glándulas lacrimógenas que solo se activan con la conmoción estética. Luego escuchamos piezas de Vivaldi adaptadas a guitarra o cuatro por Lionela Alejandro, Catalina García, Verónica Matos y Jean Paul Grossen, y un fragmento del concierto de Dragonetti para contrabajo por Andrés Almodóvar, quien a los 15 años es el miembro mas joven en ingresar a la Orquesta Sinfónica, luego Javier F. Torres quien interpretó a Beriot con impresionante madurez y quien también va por similar camino.
La segunda parte del concierto se movió de lo clásico a lo que el programa insiste en llamar tradicional. A mí me gustó más la música autóctona, la de aquí; la que nutre nuestra identidad y nos distingue, centrada en los Reyes Magos. La orquesta, con la participación de los jóvenes de la Rondalla de Humacao y los coros de la organización Ser y la Coral Juvenil de Puerto Rico, añadieron sus voces e hicieron destacar los instrumentos típicos, exaltando más el espíritu festivo de la ocasiona con el talento de: José Pacheco, Fabián Santiago, Enrique Ayala y Adriana Medina y Tiffany Segarra quienes interpretaron los ritmos tradicionales del seis mapeyé, la mazurca, la controversia, y los aguinaldos y villancicos. Ninguno de los chicos acompañados por la orquesta era mayor de 16 años.
No exagero cuando digo que la audiencia salió del concierto conmovida con ese orgullo profundo que provoca el talento, multiplicado cuando se presencia en su origen y esencia más pura y cuenta con la resonancia que nos da sentido. Nos genera la convicción de que esta Isla es una cantera extraordinaria de talento y la esperanza de que estos son los que habrán de hacer un mejor futuro. Por lo que media una deuda inmensa de agradecimiento a la iniciativa y dedicación del Maestro Roselín Pabón y el empeño con que ha cultivado lo mejor de nuestro talento musical.
En calidad consciente y deliberadamente promocional, con una certidumbre que como hábito me escapa, puedo asegurar que: el invierno es la mejor temporada para vivir o visitar Puerto Rico y, si esta usted en el vecindario, mejor aun si tiene planes de visita, ponga el 5 de enero a las 7:00pm en su calendario para venir al Centro de Bellas Artes a escuchar nuestra Orquesta Sinfónica en su tradicional concierto de Reyes. Me juego la credibilidad en que saldrá usted muy complacido.
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