Dimes y Diretes
Me esmande otra vez; poco me ha enseñado la edad avanzada de impetuosidades y lejos estoy de haber aprendido suficiente. El día después que apunto la ausencia del plebiscito en la discusión preeleccionaria, (estratégicamente omitido en el periódico El Nuevo Día en su resonada y discutible encuesta) aparece contundente evidencia de mi impaciencia.
En tiempos recientes el Norte, según el cristal con que miro, comenzó a redirigir la brújula con la determinación de la Corte Federal (validado por el Circuito de Apelaciones) de que los ciudadanos del territorio tienen los mismos derechos que los de la nación en cuanto a los fondos de ayuda suplementaria y alimento. Una inyección extraordinaria a nuestra economía que representa cerca de ¼ del presupuesto del gobierno. Imagínense si ello es poner pesos en la balanza y cultivar ese sentimiento terrible para la estima propia de preguntar: ¿Y que haríamos si no los tuviéramos? Luego hablan de que los rusos están influenciando en sus elecciones.
El asunto incrementa su runrun con la declaraciones de Joe Biden el 15 de septiembre en Kissimmee: “Trabajaré cada una de las opciones de estatus para Puerto Rico en un proceso justo para que ellos puedan determinar su propio estatus. Creo que la estadidad sería el medio más eficaz para asegurar que los residentes de Puerto Rico sean tratados por igual, con la misma representación a nivel federal. Pero el pueblo de Puerto Rico debe decidir, y el gobierno federal debe respetar su decisión y actuar en función de la misma”. El líder demócrata en el Senado Chuck Schumacher recién se proclamó a favor de la estadidad para el Distrito de Columbia y Puerto Rico.
Trump, que insiste en haber sido mejor que nadie con Puerto Rico, recientemente dijo que en el caso nuestro, “muchos puertorriqueños no quieren la estadidad, piensan lo están haciendo mejor como están ahora”. El líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnel, ha dicho que la idea de convertir a Puerto Rico y Washington D.C. en estados es parte de la “agenda socialista” de los demócratas y que nunca le dará paso.
En estos días la organización “Boricuas Unidos en la Diáspora” (BUDPR) inició una campaña en las redes sociales a favor de votar “No” a la estadidad en el referéndum de noviembre. Sostienen que los boricuas somos una nacionalidad única y diferente a la estadounidense, que el único camino para el desarrollo económico y el bienestar de nuestros compatriotas, en y fuera de nuestro archipiélago, requiere poder tomar nuestras propias decisiones uniéndonos al resto del mundo.
Se dice que la política hace extrañas parejas en la cama; mucho llama la atención el cariño profesado en esta ocasión por Trump, alineado con los estadolibristas y distanciada de la comisionadla residente que es estadista y republicana, pero se rehusa a hacer campaña por el candidato de su partido. Cosas veredes, Sancho.
Me consume la curiosidad de cual va a ser el resultado del evento y mejor aun, su secuela. El empujón que le han dado los demócratas a la estadidad ha sido fuerte, un gancho para que esa parte de la Diáspora se desborde en contra de Trump. Los Republicanos no son nada proclive pero están dispuestos a aflojar billones para compensar. Conocemos lo que son las promesas de campaña, pero, la situación colonial de Puerto Rico es un asunto que hace tiempo se cayó de la mata. Que a la altura del 2020 nada más que a los Boricuas nos aplique la condiciön condición es un asunto serio; que la dominació la lleve a cabo la nación que reclama ser paladín de la democracia y los derechos humanos es para no salir de asombro.
Queda por verse cómo nos vamos a portar los del patio ante la consulta. Sería insensato anticipar que la estadidad pierde en el plebiscito, mucho pueden los millones tardíos de Trump y las promesas de los demócratas. Mucho nos pesa ese pragmatismo con que nos educo Muñoz diciendo que las habichuelas están antes que los ideales. Pero ahora las cosas son distintas y nos toca contemplar otras opciones. El asunto es como se manifiesta el fervor patriótico y si es cierto eso de que llegó el momento decisivo: seremos norteamericanos o puertorriqueños.
_______________________________________________
Copyright 2020 por José M. Umpierre.