Cuando la brújula pierde el norte, se menoscaba el ánimo y se disipa el camino, mucho ayuda retomar a quien dejó la visión clara y la certidumbre de propósitos. Entre los prohombres que ha dado este terruño, el de mayor alcance, el más consecuente, el más abnegado, el tres veces desterrado por su palabra y acción humanitaria y libertadora fue Ramón Emeterio Betances. El Padre de la Patria Borinqueña fue el último Libertador del siglo 19, paladín caribeño de los derechos de libertad, igualdad y dignidad, con 50 años dedicados a la causa de la independencia de las Antillas.
Llego a Betances buscando antecedentes de época y figuras en torno al personaje de mi fijación, que sigue siendo Charles H. Allen, primer Gobernador civil en 1900. El gran antagonista en un drama que fabulo entre los invasores y los criollos. Los eventos que acontecen en el siglo 19 son de suma importancia pues resultan ser el momento cuando el criollo comienza a manifestar políticamente su inconformidad con el yugo colonial. Igual resulta el momento en que se siembran las semillas que habrán de germinar en los derroteros ideológicos que han definido nuestra visión política desde entonces.
No es posible comprender el liberalismo de aquella y de esta época sin considerar el radicalismo que defiende el médico de Cabo Rojo, figura cumbre en la forja de nuestra identidad y uno de los humanistas de más relieve en toda nuestra historia. No soy enteramente ajeno a su figura, he leído El Antillano y la Confederación de las Antillas y en mi habitación hay cuatro grabados de su imagen pues entre las figuras de talla que hemos dado al mundo es el que más admiro.
El libro de Paul Estrade: En Torno a Betances, Hechos e Ideas que recién llega a mis manos, es una reafirmación resonante de su relevancia en estos tiempos. Confirma que cuando se disipa la ruta, conviene retornar a lo mejor de lo que somos. Y en estos tiempos de contratos millonarios, favoritismo desmedido, oportunismo y corrupción en cada esquina, nadie como Betances para ilustrar la fibra moral y el sentido de rectitud que anda extraviado. Razón por la cual me tomo libertades en la apropiación del autor francés, haciendo claro que este contenido surge de sus ensayos.
Betances fue un ser excepcional. Médico, abolicionista, periodista, poeta, novelista, teórico político, estratega, internacionalista, masón y libre pensador, diplomático y eterno conspirador contra el absolutismo, el colonialismo y el abuso del poder. Betances es nuestro hombre renacentista, un intelectual de conocimiento enciclopédico que en cada una de sus gestiones logró destacarse rindiendo meritorias aportaciones. En medicina practicó la cirugía, oftalmología y ginecología, contribuyendo al manejo de la cólera y medidas de higiene pública, además de ser entendido en botánica y agronomía.
Sus denuncias le ganaron el exilio en 1858, en 1864 y la proscripción definitiva en 1867 por su propaganda patriótica y practicas abolicionistas. En el oeste de Puerto Rico se le conoció como el médico de los pobres y los esclavos, los que le llamaban El Niño. A temprana edad escribió dos novelas (Les Deux Indiens e Himno a Borinquén) en las que comienzan a destacar su vocación de libertad e independencia. A través de su vida publicó ensayos de vanguardia en periódicos y revistas de prestigio. Francia le concedió la Legión de Honor en 1887 por su gestión diplomática.
Como teórico político formuló y defendió la Confederación Antillana y la consigna de las Antillas para los Antillanos como respuesta a la Política Monroe de América para los Americanos. Betances anticipando desde temprano el peligro expansionista de los Estados Unidos del Norte advierte desde 1867 los peligros que presenta este minotauro.
Su vida fue una protesta en contra del vasallaje colonial y una defensa de la República de Haití; sirvió de cónsul de la República Dominicana en Paris, la que le dio su ciudadanía, fue secretario de Luperón y amigo de Mariño, como también solidario con Martí en la fundación y auxilio al Partido revolucionario Cubano. Forjó alianzas con el movimiento de insurrección de Filipinas, se expresó como censor de los mandatarios criollos convertidos en déspotas y actuó como defensor de los presos políticos cubanos, las minorías africanas en Creta, los inmigrantes judíos y los anarquistas torturados en Montjuic.
El organizador y líder de la insurrección de Lares proclamó la libertad del negro del yugo del amo, la libertad del criollo ante el yugo colonial, la libertad del hombre de la sumisión, la resignación, la miseria, la enfermedades, el analfabetismo y el oscurantismo. Vivió convencido de que el hombre está dotado de dignidad, grandeza y autonomía de juicio, con tal de que piense por si mismo.
Betances fue el redactor de Los 10 Mandamientos de los Hombres Libres. Primer documento que reclama la abolición de la esclavitud, vinculada indisolublemente con las libertades jurídicas, políticas, sociales y los derechos humanos de la manera más clara y explícita.
¿Por qué Betances? Pues someto como argumento citas de algunos de sus escritos como evidencia de su carácter visionario. Considere el lector que la mayor parte data de 1867.
“Debemos conspirar, porque sin escuelas, sin colegios, ni más medios de instrucción que los que pueden procurarnos en el extranjero nuestro propios recursos, vemos la juventud languidecer en medio de la común ignorancia, sin otro estimulo ni otro ideal que los placeres sensuales.
Debemos conspirar, porque en cambio de estos males ciertos y de los vejámenes que diariamente se sufren, y de las trabas que por doquier nos cercan, y de la inmoralidad que va sembrando a su paso la esclavitud, el orden material no gana ni crece en proporción de los esfuerzos, sino antes bien se estanca o arrastra torpemente.
Debemos finalmente conspirar, porque nada hay que esperar de España ni de su gobierno. Ellos no pueden darnos lo que no tienen. Carecen, por más que otra cosa digan, de todos los elementos de un pueblo civilizado; están más de un siglo distantes de las demás naciones en ciencias, artes, industria, navegación y comercio y más atrasados en las ciencias de la política y la administración.
Sus cámaras no votan nunca los presupuestos, ni se ocupa más que de recriminaciones de partido y alusiones personales. El Gabinete legisla por decretos y reales ordenes, en todas materias, contando siempre con un bill de indemnidad; abre y disuelve cuando quiere el Parlamento; contrata empréstitos, hace concesiones ruinosas, ratifica tratados, y hasta La Paz o la guerra declara a su antojo.
Los partidos, o mejor dicho, las banderías que se disputan por medio de pronunciamientos militares el poder, no tiene fe, ni programa, ni lógica en su conducta. Aspiran al mando para repartirse los destinos y la cruces.
La prensa, a su vez, sufre resignada la previa censura, la recogida, el secuestro; mientras que el pueblo, pobre, ignorante, desvalido, consciente, porque todos hasta aquí lo han engañado….”
Un acto serio de consciencia hace patente que mucho de lo que narra Betances de 1867 sigue teniendo vigencia en 2018. Si hay escuelas y univeresidades, amenazadas con la contracción y el cierre empujando a una migración sin igual. No soy amigo de generalizaciones y tildar la juventud de ignorante no es lo mas justo, mas recuerdo con claridad la celebración del 4 de julio del 2016 cuando un puñado de manifestantes acampaban frente al Tribunal Federal mientras un grupo mucho mas amplio se soleaba en la playa.
La esclavitud se abolió gracias al sacrificio de Betances y el imperio ha cambiado. Los americanos si remiten transferencias federales y ayudas ante desastres, mas a la luz de los acontecimientos recientes, entiéndase la bancarrota y los desastres, cuanto aplica aquello de: el orden material no gana ni crece en proporción de los esfuerzos, sino antes bien se estanca o arrastra torpemente. Es la historia nuestra.
El Congreso nos ha impuesto una Junta de Supervisión Fiscal que atenta contra los elementos mas rudimentarios de una democracia representativa empujándonos a la ruina. La descripción de la actividad política: Los partidos, o mejor dicho, las banderías que se disputan el poder, no tiene fe, ni programa, ni lógica en su conducta. Aspiran al mando para repartirse los destinos y la cruces no hay que cambiarle una letra para que describa la Burundanga vigente.
Los Estados Unidos presume de su democracia, mas lo que nos ha dado es otra cosa. Que si son un pueblo civilizado, lo son tanto como retrógrados y fíjese bien lo que el presidente Trump hace con sus instituciones. Serán potencia militar y tecnológica, mas en término de política, partidos y gobierno nos tratan peor de que cuando llegaron en 1898. En cuanto a prensa, libertad de expresión hay, mas a cada cual le corresponde el juicio de cuanto contribuyen a la histeria y son cómplices del pillaje.
Betances también nos deja soluciones y consignas de perpetua relevancia y multiplicada vigencia.
“Querer ser libre es empezar a serlo. El hombre libre debe emanciparse de la ignorancia, la superstición, el fanatismo, la autorizad. Piensa por si mismo sin dogmas, sin intercesores, sin necesidad de recurrir a la religión revelada o Divina Providencia con libertad e consciencia.
“No basta con aspirar a la libertad, hay que conquistarla; es cercenada la que admite espacios esenciales, es falsa la libertad si no la acompaña la justicia, es menguada la libertad de un pueblo si no la corona la independencia.”
“ Ciudadano no es el que disfruta todos los derechos cívicos dentro de su nación sino el que quiere que su nación tenga los mismos derechos que las demás naciones libres y ejerza como ellas, su derecho a la soberanía. No pueden existir súbditos sino ciudadanos.”
“Trazar planes, actuar, organizar, atar cabos, viajar, conspirar, informar, denunciar, propagar por todas partes la idea de la libertad.”
“Escriba, convierta, seduzca a todo el mundo, e inspire bastante respeto a ese gobierno, para que llegue a pensar que somos capaces de formar una republiqueta pequeña, miniatura, pero perfecta, querida y respetada por todos por su corrección, honradez y virtudes democráticas.”
¡EL PADRE DE LA PATRIA VIVE!
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Copyright 2018 por José M. Umpierre. Fotos de Betances en el dominio público. Foto de la universidad cerada courtesia del autor. La portada del libro En Torno a Betances utilizado bajo la provisión “fair use” de la ley de copyright.