La Deuda y el Impago: Crónica de un Desastre
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La dueda de Puerto Rico hay llegado a $72 billones.
La deuda acumulada por el gobierno de Puerto Rico ($72 billones) con los bonistas se ha declarado impagable. El impago de Puerto Rico es un asunto sumamente grave; constituye la quiebra más grande en la historia del mercado de bonos municipales norteamericano, de mayor cuantía que la de Orange County y Detroit. Una triste realidad que ha puesto a Puerto Rico a la altura de la debacle griega.
Según el presidente del Comité de Finanzas del Senado en Washington Orín Hatch: “La cantidad es, por varios múltiplos, la más grande que se haya contemplado por el Capítulo 9… un fenómeno sin precedentes en la historia de casos de quiebra de municipalidades.”
El Gobierno de Puerto Rico y sus instrumentalidades debe a los bonistas $72 billones de dólares, una deuda que se ha duplicado en 10 años. Enfrenta además una deuda de $30 billones a fondos de pensión, los cuales carecen de solvencia para atender sus obligaciones. Las obligaciones juntas suman $117 billones de dólares.
La magnitud del asunto impone la consideración de una serie de interrogantes críticos: ¿A qué se debe la deuda? ¿Cuál es su origen? ¿Cuándo comenzó? ¿Quiénes son responsables? ¿Cómo se manifiesta en el tiempo? ¿Cuáles son sus consecuencias?
El Problema
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El crisis tiene raíces históricas.
El problema sostenido de la economía de Puerto Rico ha sido su caracter dependiente, que determina la imposibilidad de acumulación de suficiente caudal. Por todos los tiempos hemos sido un apéndice de alguna potencia, con el poder y el interés de acaparar las riquezas que se producen en la isla por sus nativos. Las condiciones han cambiado de un coloniaje clásico de explotación agrícola a uno industrial, comercial y ahora financiero.
En todos los arreglos, el resultado ha sido y es la fuga de riqueza y la pauperización de la población; al presente lo estamos viendo con las medidas adoptadas por el estado de estrangular el pueblo trabajador con nuevos tributos, elevar el costo de los servicios públicos, despedir empleados y entregar el patrimonio al mejor postor.
La Evidencia
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La invasion Norteamericana hizo posible el monocultivo de azucar con el capital ausente.
Durante la mayor parte de la historia de la Isla, la deuda pública no fue un asunto crucial. Durante el dominio Español, la corona escasamente aportaba y la balanza comercial era equilibrada. La invasión y la devaluación de la economía de Puerto Rico hizo viable el viraje a la economía de monocultivo de azúcar y el capital ausentista, la fórmula que prevaleció hasta la renovación industrial y autonomía del Estado Libre Asociado.
Los gobiernos de Puerto Rico recurrieron a la bolsa de Nueva York con emisiones de bonos de muy alto rendimiento (8.7%), una triple excepción contributiva de los intereses, subsidio gubernamental, mano de obra barata y garantías constitucionales. Una oferta atractiva para los inversionistas dispuestos a asumir los riesgos de invertir en un mercado de ultramar.
La fórmula tuvo éxito durante la expansión de la posguerra. Fuimos un modelo de desarrollo, una revolución pacífica, una economía en acelerado crecimiento. Tanto así que el presidente Harry Truman describe a Puerto Rico como el lugar en el mundo que más ganancia reporta a las corporaciones norteamericanas, para quienes hemos sido la proverbial mina de oro.
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En 1976 Puerto Rico era el primer destino de la inversión norteamericana en Latino América,
En 1976 Puerto Rico era el primer destino del total de la inversión norteamericana en Latino América, donde encuentra la más alta productividad por trabajador y de donde derivan 40% de las ganancias de las inversiones en el exterior. El 52% de la riqueza que se genera en la Isla abandona nuestra economía.
En ese entonces los bonos tenían rango de buena inversión y los bancos se extendían en crédito. Nos resultaba acomodaticio que nuestro futuro estuviese en manos de bonistas y que las ganancias fuesen a sus manos, mientras se viviese movilidad ascendente. Y así fuimos facilitando la fuga de riqueza, la imposibilidad de capitalizar y acumular caudal que nos trae a tan triste presente y lúgubre futuro.
Estancamiento y Retroceso
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Gobernador Rafael Hernández Colón (1973-1977).
La fórmula del Estado Libre Asociado confrontó su primera crisis de estancamiento con el embargo del petróleo, el colapso de las petroquímicas, el aumento en precios y la pérdida de empleos. (Entonces también comienza el crecimiento de las compañías farmaceúticas.) El entonces gobernador Rafael Hernández Colón (1973-1977) intentó contrarrestar el retroceso consolidando en la gestión del estado. Desatendiendo las recomendaciones del Informe Tobin de: control de gastos, ahorros e incentivos a la producción. Hernández Colón estableció una empresa de importaciones, estableció las Navieras y la Telefónica aumentando la nómina y burocracia de gobierno. También duplicó la deuda de 3 mil millones a 5.9 mil millones de dólares.
Por primera vez se comenzó a cuadrar el presupuesto con préstamos; un precedente que en su progresiva acumulación conduce a la situación presente y ha sido la práctica de cada uno de los gobernadores subsiguientes. En su administración se adoptó el Código 936 de Rentas Internas concediendo exención a corporaciones y se inició el programa de cupones de alimentos.
Se estima que en la década de 1980 a 1990 las compañías farmacéuticas radicadas en Puerto Rico tuvieron los siguientes ahorros contributivos: Johnson y Johnson un billón de dólares, Smith Kleine 987 millones, Merck and Co. 749 millones. En 2002 cada trabajador generó valor de 1.5 millones de dólares con salarios entre 15 a 30 mil dólares anuales.
Hernández Colón no revalidó su mandato y su ejecutoria sirvió para una degradación crediticia de los haberes de la isla. El gobernador Carlos Romero Barceló (1978 a 1985) heredó un acceso limitado al mercado de bonos, junto con la oposición de una legislatura controlada por la oposición. A pesar de las medidas de austeridad de su administración, la deuda creció en tres mil millones, pero se redujo de 74% a 61% del Producto Nacional Bruto. Cabe indicar que las ganacias de las empresa del Norte se incluyen en el monto del PIB, pero son repatriadas.
Hernández Colón (1986 -1992) regresó al poder tras dos cuatrienios de Romero Barceló, en que el país fue testigo las confrontaciones entre las fuerzas de extrema derecha e izquierda. Durante este mandato el gobernador Hernández Colón confrontó nuevas recesiones y problemas de liquidez que intentó atender con alianzas público privadas y la venta de las Navieras. Durante este periodo de gobierno, el presupuesto de gobierno creció de 8.4 a 12.8 mil millones y la deuda de 9.1 a 14.2 mil millones de dólares.
El voto de castigo creado con el advenimiento del Partido Nuevo Progresista (pro estadidad) continuó en 1992 con la elección de Pedro Rosselló González como gobernador, un nuevo líder que prevaleció con propuestas de grandes proyectos: reestructurar el sistema de salud, el tren urbano, el Coliseo y el centro de convenciones que lleva su nombre. Y serían desarrollados a grandes costos.
En sus dos cuatrienios Rosselló elevó en presupuesto de 12.2 a 18.3 mil millones y la deuda de 15 a 23.8 mil millones, también incrementó el Producto Nacional Bruto de 44 a 51.8 mil millones. Durante su incumbencia terminó la vigencia del Código 936, precipitando la salida de numerosas empresas que abandonaron la Isla, agudizando el desempleo, que siempre ha sido oficialmente muy alto pues las fórmulas de desarrollo nunca han sido suficientes para ocupar a capacidad la fuerza laboral.
Sila M. Calderón figura en la historia política del país como la primera mujer gobernadora. Inicialmente trajo un respiro de delicadeza tras la mano dura y el estilo de confrontación de Rosselló, incurriendo igualmente en la práctica de su predecesores. La gobernadora añadió costos al presupuesto de gobierno de 19.5 a 24 mil millones, elevó la deuda de 25 a 33.9 mil millones e incrementó en producto nacional bruto de 44 a 51.8 mil millones. En 2003 se agravó la salida de empresas sin la cobija de la Sección 936. Para entonces la administración Calderón dispuso de un billón de dólares en el programa de Comunidades Especiales.
Aníbal Acevedo Vilá gobernó en otra administración Popular,estadolibrista, de 2005 a 2008 en circunstancias difíciles. El crédito degradado a valor de chatarra y un déficit de 1300 millones que forzaron un cierre del gobierno en 2006 con una economía en recesión. Acevedo Vilá no aumentó sustancialmente el presupuesto, pero la deuda sí ascendió de 36.7 mil a 46.9 mil millones de dólares. El descontento con la gestión del Partido Popular activó otra vez el voto de castigo, adjudicando las elecciones de 2008 al estadista republicano Luis Fortuño, que gobernó de 2009 a 2012.
El gobierno de Fortuño se perfila como una de los más controversiales y desafortunados por las medidas que adoptase de: despedir 30 mil empleados de gobierno, cerrar escuelas, reducir pensiones, incrementar impuestos, mientas incurría en gastos extravagantes de contratos.
Fortuño aumenta el presupuesto del gobierno de 26.9 mil a 29 mil millones de dólares; la deuda pública durante su incumbencia aumentó de 53 a 65 mil millones de dólares, el gobernador que más ha abonado a la deuda. Se estima que los recortes en gasto público tuvieron un impacto económico negativo pues no recibieron contrapeso del sector privado; lo que obligó a emitir más deuda para contener la caída impuesta por las políticas de austeridad. El voto de castigo se activó otra vez en 2012 cuando resulta electo el Popular Alejando García Padilla, actual incumbente a quien le ha tocado dar cara por la debacle.
La responsabilidad de haber contraído la deuda es del gobierno nuestro. Han sido sus instrumentalidades las que han adoptado las estrategias de inversión y emitido los bonos para cuadrar presupuestos, realizar obras y llevarnos a la apariencia de ser un país del primer mundo. Lo que resulta lamentable es que el Pueblo de Puerto Rico, que se aferra cada cuatro años a lo posible y se discute más de lo mismo, es el que paga las consecuencias y asume la vergüenza de estas acciones. Mientras tanto, los políticos que tomaron las decisiones, los bonistas y las empresas que operan en la Isla, extraen una tercera parte del Producto Interno Bruto en repatriación de sus ganancias, que alcanzan 35 billones de dólares anuales.
Las Consecuencias:
Pobreza
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El patrimonio del país está en deuda y en manos de propietarios ausentes.
El pueblo de Puerto Rico lleva tiempo sobrellevando golpes; la economía cumple una década de contracción por el colapso del modelo industrial, el detente en la construcción, la crisis financiero/ hipotecaria de 2008, la contracción del crédito y un Producto Nacional Bruto que lleva disminuyendo a razón de 2% hace ocho años. El valor de los bonos se ha catalogado de chatarra, una parte sustantiva del caudal ha desaparecido con la devaluación de los bonos y el valor de bienes raíces ha disminuido cerca de ese 40%. Aunque los Tratados de Libre Comercio aplican a la Isla, no tenemos capacidad de hacerlos cumplir,
El patrimonio del país, (entiéndase la Compañía de Energía Eléctrica, el Banco Gubernamental de Fomento, la Autoridad de Carreteras, Acueductos y Alcantarillaos) y los sistemas de pensión están en deuda y en manos de propietarios ausentes. Con tal de cumplir con la deuda, se han creado nuevos impuestos que exprimen al que tiene menos. En el último año la pobreza aumentó en 38 municipios, en algunos más de 5%.
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La situacion amenaza en convertirse en crisis humanitaria.
Se estima existen en la Isla 1.4 millones de casas, de las cuales 861 mil están ocupadas. Las hipotecas que se ejecutaron aumentaron de 3,864 en 2014 a 4,278 en 2015. Una tercera parte de las residencias están vacías.
La edad de jubilación se subió a 67 años y los bonos de Navidad se han reducido sustantivamente (de $600 a $200).
Los deambulantes, quienes reciben servicios de compasión, se duplicaron. Cerraron 45 centros de rehabilitación.
Las instituciones como la universidad del estado discuten la suficiencia de fondos para pagar su nómina y los sistemas de retiro escatiman sobre su solvencia.
La bancarrota del gobierno nos encamina a una crisis humanitaria, gracias a esos que en nada han de padecer las consecuencias de sus determinaciones
Migración
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En los últimos cinco años, (2010 a 2015) la migración de Puerto Rico a los Estados Unidos ha vuelto a acelerar.
Los boricuas somos una etnia dividida en los que residen allá (Estados Unidos) y los de acá. Por primera vez en nuestra historia, los de allá comienzan a ser más que los de acá, y la población de la Isla ha disminuido.
De 1940 a 1950 la tasa de migración saltó de 8.8 a 19.9 entre 1950 y 1960, siendo el índice más alto en la historia previa, con un promedio anual de 47 mil emigrantes. El 2006 marca el inicio de una ola migratoria que amenaza en perfilarse como gran éxodo. El fin de los beneficios contributivos contribuyó a la salida de empresas, el crecimiento económico se tornó negativo, con una tasa alta de desempleo y la migración vuelve a intensificarse.
En 2010, la población de puertorriqueños viviendo en Puerto Rico era de 3.5 millones, y en los Estados Unidos residen 4.6 millones. En los últimos cinco años, (2010 a 2015) la migración se ha vuelto a acelerar. Entre julio de 2013 y 2014 salieron 61,099, y entre julio de 2014 y 2015 salieron 86,650, para un aumento de 69%. Entre el 2010 y 2014 el promedio anual de salidas fue de 53 mil, sobrepasando la cumbre de la migración anterior en 1950 cuando alcanzó 47 mil. Suman mil los que se van por semana, 140 todos los días.
La diferencia entre la ola migratoria de los 50 y la actual es que entonces se iban con menos edad y escolaridad. Una cuarta parte de los puertorriqueños nacidos en Puerto Rico con grado universitario residen en Estados Unidos, destacándose los médicos y los ingenieros, que tienen las tasas más altas de salida y el doble de las probabilidades de migrar.
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Cada semana mas de un mil personas se van de Puerto Rico buscando nuevas oportunidades.
La bancarrota del gobierno de Puerto Rico es la bancarrota de la fórmula del Estado Libre Asociado, que no cuenta con suficientes poderes para manejar nuestros asuntos y defender nuestros intereses, ni ha sido capaz de administrar prudentemente el patrimonio que le encomendó el pueblo. El Estado Libre Asociado se mueve en un círculo de opciones limitadas por una economía diseñada para la extracción de las riquezas y la imposibilidad de que se capitalice.
La conmoción creada por la magnitud de la crisis representa una ventana de oportunidad para abordar la situación más inmediata de la bancarrota financiera y a la vez atender la bancarrota moral de mantener una colonial.
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Copyright 2016 por José M. Umpierre. All photos are in the public domain.
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