Desarrollo Económico
En medio de las inmensas tribulaciones que enfrenta Puerto Rico ante la actual crisis fiscal, las medidas adoptadas por el Gobierno Federal y las serias repercusiones que implica para los individuos, ante la gigantesca incertidumbre que presenta el futuro inmediato y no tan inmediato, me resulta inminente la necesidad de ponderar la razón y procurar la acción mas pertinente.
Hace varias décadas, cuando me iniciaba en el tema del imperialismo, y ante la magnitud de la adversidad, llegué a la conclusión de que el recurso inmediato y accesible es la resistencia íntima. El intento de conocer como se manifiesta el fenómeno e intentar no ser parte del problema. Estoy convencido que la descolonización es un asunto personal, además de sociopolítico, cuya resolución depende de desarrollo del individuo, así como del desarrollo económico de la sociedad.
Con tal de acoger acción afirmativa, me suscribo a la definición de Sergio Maxuach de desarrollo económico: “Incrementar los bienes de la sociedad y disminuir sus males”. Una visión que se presta como ejercicio con que abonar a la evolución económica y personal.
Y mientras esperamos por la PROMESA, en vez de la angustia de la incertidumbre, ¿por qué no comenzar a elaborar una lista de los males que nos gustaría disminuir y los bienes que nos gustaría incrementar? Un ejercicio critico que nos dibuja la imagen del país que tenemos y el que nos gustaría vivir.
Este es un grano en la tarea de consolidar la acción que procura canalizar un pueblo en su reclamo de justicia y futuro. Me parece de primera importancia llegar a ese momento y esa acción con los recursos personales y sociales alineados de forma tal, que logren el impacto que se nos ha negado. Y cuando acontezca el momento, que lo hagamos con claridad de pensamiento y sosiego del espíritu.
Y por aquello de practicar la prédica, pues ahí les va mi ejercicio a ritmo de rap.
Óyeme Boricua
aquí que te habla tu hermano.
Ha llegado el momento,
de sacar la pata, de meter mano.
Por ahí viene la Junta
del poder americano
quitando poderes
que juraron habernos dado.
¿Cómo resistir?
¿Qué tengo que hacer?
¿Cuál ha de ser
mi mejor proceder?
Recomienda un sabio procurar
lo bueno que hay en cada cual,
a lo que le quiero sumar,
y lo malo que quisiera mejorar.
¿Cuánto soy dominante, dependiente?
¿Soy hostil, impaciente?
¿Cuánto soy primitivo, agresivo, indolente?
¿Soy corrupto solvente?
¿Cuánto padezco, cuánto soy sano?
¿Me muevo primero al frente
o espero para dar la mano?
¿Cuánto alcanzo por mis fueros?
¿cuánto media el panismo,
¿los padrinos, el amiguismo?
¿Cómo late el patriotismo?
¿Me deja igual
que la Isla ande cundida
de malhechores, abusadores
corruptos patrocinadores?
¿Cuánto importan el desempleo,
la migración,
el respeto, la imaginación?
¿Nada menos que perplejo
dividir la gente
entre listos y pendejos?
¿Cuáles son mis virtudes, mis defectos?
¿Soy recto?
¿Soy honesto?
¿Soy responsable?
¿Soy comprensivo,
generoso y compasivo?
¿Funciona bien mi sistema digestivo?
¿Soy trabajador, diligente?
¿A quién tengo de verdad en mente?
¿Dónde me pongo a mi?
¿Dónde pongo la gente?
¿Resulta mi acción consecuente
con la piedra inmensa que tengo de frente?
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Copyright 2016 por José M. Umpierre.