Los Juegos Centroamericanos y del Caribe
Una columna que atiende la cultura tiene por obligación que incluir el deporte, que constituye un aspecto esencial en su quehacer y sirve una función vital en la identidad colectiva. Por ser quiénes somos y cómo somos, el deporte tampoco está excento de la controversia pues mucho se discute la capacidad de representar al pais en eventos internacionales. Una Burundanga de por sí pues, la única autonomía que tenemos es la deportiva puntal en la eterna obsesión con el estatus.
Entre las dádivas que nos concediese la Constitución, la deportiva hoy es la única que permanece intacta y sin duda es la más peligrosa para los políticos; si algo eleva el orgullo de este terruño son los atletas que nos representan. La evidencia más reciente la podemos palpar en la participación de Puerto Rico en los Juego Centroamericanos y del Caribe celebrados en Barranquilla del 19 de junio al 3 de agosto.
Si los Juegos Olímpicos tienen la espectacularidad de lo global, los juegos regionales tienen el encanto de lo íntimo; este es el barrio, la comarca, el gallinero caribeño. Las facilidades y el ambiente generan una proximidad a los atletas que lo hacen una fiesta de pueblo. Fanáticos que conocen y apoyan el sacrificio del deportista y comparten el orgullo de los colores patrios.
Participaron 29 países con 5339 atletas, en variable cantidad de delegaciones por país. Presentes estuvieron Panamá (13), San Salvador (18), Aruba, Barbados, Costa Rica, Islas Vírgenes Americans y Británicas, Surinam,, Santa Lucía, Bermuda, Honduras, St Kitts y Nevis, Granada, Haití Nicaragua,, Islas Caimán, Antigua y Barbuda, Guadalupe, Guyana y Martinica, que acumularon escasas medallas.
Puerto Rico alcanzó un séptimo lugar de los diez países más premiados; dirán los escépticos que no es la gran cosa, que 87 medallas no es mucho presumir ante las 341 de Mexico, 270 de Colombia y 242 de Cuba.
No soy amigo de las excusas ni me gustan las justificaciones, pero si creo en la perspectiva. Si consideramos el tamaño de población, se observa una relación con la cantidad de medallas. A tono con esa ecuación, resulta congruente que Mexico obtuviese la mayor cantidad de medallas y Colombia disputara la primacía. La teoría se cae con Cuba, que sige siendo un poder deportivo desporoporcional a su territorio/población.
Si hacemos un cálculo sencillo de dividir medallas entre 100mil habitantes, Puerto Rico tiene el Índice más alto: 2.56 mil, Bahamas con 2.33 seguido por Cuba 2.19. Nos fueron a representar 300 atletas (126 Hombres y 107 mujeres), 266 regresaron con preseas, un 66% de los competidores.
En el ámbito menos cuantificarle está el orgullo que genera la manada de nuestros cachorros, dejándolo todo en el terreno por escuchar el himno y ver subir su bandera. Y gracias a la magia de las comunicaciones, disfrutamos de los eventos con una cobertura bien atenuada a nuestras posibilidades, amenizado por la calidad de los comentaristas.
Temprano en los Juegos nos exaltó el temple de Adriana Diaz, que arrasó con todo lo que se le puso al frente y trajo oro en todas las modalidaes de tenis de mesa en que compitió. Y sentimos como el epicentro de ese deporte en este hemisferio se reubicó en Adjuntas.
Vimos como Monica Puig completó tres Juegos seguidos como campeona de tenis indiscutibe de la región. Vimos imponerse a la novenda de pelota dura bajo la tutela de Igor Gonzalez, con ocho de sus jugadores escogidos entre los mejores, oro que llevaba 16 años de espera. Más dulce aún con el oro de las féminas en softball, que esperó 25. Sobrecogedora es la victoria de los deportes de equipo en baloncesto de tres y de cinco, con cuya medallla de oro cerramos los juegos. No solo eso, el juego final contra Colombia fue un apabulle de 91 a 68. Cosa similar sucedió en la final de volleyball, en que los nuestros aplastaron al país anfitrión en el juego final 25 a 14, 25 a 21 y 25 a 14.
Blanca León alcanzó oro en gimnasia en la viga de equilibrio, Nisa Rodríguez y Ashleyann Lozada en boxeo de 75 y 57 kilos. Kristen Romano ganó dos en natación de 200 metros dorso y combinados, Jarrod Arroyo resultó campeón en 200 metros combinados. Igual ganamos oro en Tiro de skeet, vela snipe y taekwondo. Memorables son las actuaciones de Berverly Ramos en los 10 y 5 mil metros, así como Ryan Sanchez y Wesley Ramos en 800 metros y Ricardo Estremera en los 3000 con obstáculos.
Puerto Rico cerró su participación con 87 medallas, conquistando 20 de oro, 29 de plata y 38 de bronce. Y si figuramos 7/10 países que obtuvieran medallas, somos los primeros en la relación medallas/población. Ello cuando los pronósticos auguraban retroceso por el impacto de los huracanes y en los rigores del entrenamiento de los atletas. Pues resulta que la adversidad se torno en incentivo, prueba de que somos un pueblo de aguante, que venimos de un árbol de raíces profundas y madera bien dura.
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