Haití vodú y calabaza,
Puerto Rico, burundanga.
— Luis Palés Matos.
Nota Introductoria
El siguiente ensayo continua una jornada que pretende dar sentido a nuestra Burundanga. Enfoca las raíces ideológicas y las políticas aplicadas en el cambio de soberanía, asuntos tan imperiosos que se hace imposible de abordar con brevedad. A esos efectos, se desarrollan cuatro ensayos: El primero enfoca el racismo incipiente a la posesión territorial, la Invasión y la Instauración del Gobierno Civil. Los próximos tres se basan en el Primer Informe Anual del Gobernador Charles H. Allen: el segundo describe La Situación del País, el tercero El Gobierno y las Finanzas del gobierno civil, y cuarto Los Argumentos del Gobernador que lo pusieran en su trayectoria para convertirse en el Baron del Azúcar y sentar el precedente más bochornoso en la administración del territorio.
La traducción es del autor, así como la selección de fragmentos del texto que contribuyen a sostener la lógica de la argumentación.
Parte I
Racismo, territorios y gobierno
No reclamo la Burundanga sea exclusiva de Puerto Rico, aunque para nosotros tiene origen en la poesía de Palés Matos. Si la abordamos en su dimensión política, sería un concepto que aplique a los territorios Norteamericanos que carecen de derechos constitucionales plenos y las consecuencias que ello tiene en sus culturas. En cuanto al significado que alude las contradicciones y conflictos que genera cualquier cultura, en particular cuando media el abuso del poder, aplica a muchos sitios. El nuestro es ciertamente particular y desafía la reflexión y el análisis.
No fue la misma Burundanga en tiempos de España, en ese entonces no teníamos más título que colonia, ni más gobierno que militar. La arbitrariedad y el abandono provoco un movimiento libertario en pos de independencia y otro autonomista que culmina en 1989, justo cuando se nos invade.
La médula de la Burundanga se agudiza con eso de pertenecer a, pero no ser parte de los Estados Unidos y la diferencia en derechos en virtud de ello. Un hecho íntimamente asociado al racismo vigente y extendido cuando se nos obtuvo como despojo de guerra.
La Corte Suprema
El racismo de la época se hace patente en la jurisprudencia que dicta en 1896 el juez Billings Brown de la Corte Suprema Norteamericana, figura notable por su opinión en el caso de Plessy v. Ferguson. Su dictamen sostiene que: si una raza es inferior a otra socialmente, la Constitución no puede ponerlas en el mismo plano. Reconocer las diferencias raciales no viola el principio de igualdad de la Constitución, mientras existan facilidades para todos. Esto antecede las leyes de Jim Crow, instrumentales a la segregación del Sur de los Estados Unidos. Principio que igual tuvo vigencia en una milicia racialmente segregada que se aplicó a los nativos de los territorios adquiridos en la Guerra Hispanoamericana.
La Invasión
La versión oficial de la guerra se resume en la síntesis que presenta el gobernador Allen: “Al momento de la llegada del ejército de ocupación, Porto Rico resultó ser una conquista fácil. Una campaña breve de 19 días desde el desembarco en Guánica hasta la firma del protocolo que puso mas de la mitad de la Isla en nuestra posesión… después de cinco o seis pequeños pero intensos encuentros, las hostilidades terminaron con la proclamación del Presidente anunciando el acuerdo de paz.”
El 28 de julio de 1898, tres días después de la invasión, el general en jefe de las tropas Nelson Miles hizo su primera proclama a los habitantes de la Isla:
”
….estoy confiado que trabajando juntos, con las bendiciones de la Divina Providencia para que esta tierra no solo sea la gema de las Antillas por sus recurNo hemos venido a hacer guerra contra un país que ha estado durante siglos oprimido, por el contrario, venimos a traeros la protección, no solamente a vosotros, sino también a vuestras propiedades, promoviendo y demandando las garantías y bendiciones de las instituciones liberales de nuestro gobierno.
No tenemos el propósito de intervenir en las leyes y las costumbres existentes que fueran buenas y benéficas para vuestro pueblo, siempre que se ajusten a los principios de administración militar, del orden y de la justicia.”
La entrega del poder del gobierno militar a uno civil cuenta con un registro de discursos, el del comandante en jefe, general Davis, último gobernador militar de la Isla se presentan con poco sentido de brevedad y es una joya de retórica.
” A esta impresionante ceremonia, traigo a los habitantes de la siempre devota isla de Porto Rico, congratulaciones y los mejores deseos del pueblo de los Estados Unidos. Imponente como es la ocasión, y de profundo alcance en el futuro de esta bella Isla, porque marca el establecimiento de un gobierno civil bajo la bandera americana y con ello las bendiciones y oportunidades que ello conlleva.
Una página se ha tornado en el volumen de vuestra historia, una nueva era inaugurada en el desarrollo de la Isla. Si se torna bien o mal, depende mayormente de ustedes. Los mas grandes constitucionalistas solo pueden someter el cimiento. La edificación de la súperestructura- y aunque sea hermosa y duradera- debe descansar en la industria y sabiduría de las gentes.
Les traigo el mensaje del Presidente, con el que estoy enteramente de acuerdo, que es su intención de daros, en lo que a oficiales concierne, ya sean seleccionado entre ustedes o de afuera, hombres de carácter y estatura, entusiastas, diligentes e industriosos; hombres con el más alto sentido de honor, que no han de procurar el avance de sus fortunas al costo de otros; hombres que ven la justicia con honestidad para todos, cuyo único asunto de atención es el bienestar de Porto Rico y el honor del gobierno americano en su gestión de ello.
….estoy confiado que trabajando juntos, con las bendiciones de la Divina Providencia para que esta tierra no solo sea la gema de las Antillas por sus recursos naturales maravillosos, un ejemplo de lo que logra un pueblo industrioso y honesto, con la dirección adecuada de una política civil de gobierno.
Les traigo las garantías que todo hombre, alto a bajo, rico o pobre, bajo la administración de esta forma de gobierno y bajo la soberanía de los Estados Unidos ha de ser tratado con justicia y sus derechos han de ser respetados…. Juntos nos movemos en la gran corriente Americana de adelantar la civilización. Amando a nuestro país, animados por un alto sentido del honor, devotos a la humanidad común, tomamos nuestro lugar en el mundo e invocamos a Dios.”
El primer detalle a notar de que dejamos de ser lo que éramos para convertirnos en Porto Rico; presagio de la dirección que habrían de tomar los acontecimientos. Tampoco puede pasar por alto que, a juzgar por los discursos, nunca ausente de demagogia, los militares presentan un idealismo romántico que sorprende con una de las burlas que hace el destino cuando hace al militar invasor noble al lado del oportunista que nombraron como primer gobernador civil.
La Corte Suprema de los Estados Unidos, en franca contradicción de las promesas del Brigadier General Davis en su discurso, en 1901 estableció que: no todos los derechos constitucionales aplican de fuerza propia a los territorios adquiridos en la Guerra Hispanoamericana.
¿Cómo no van a agitarse los nativos, cuando la premisa en que se edifica un vinculo tiene como cimiento la subestimación, la condescendencia y el menosprecio? ¿Como no incurrir en la indignación, cuando se incurre flagrante en el: a Dios rogando y con el mazo dando, cuando se ofrece tanto y se concede tan poco? ¿Como no reclamar retribución cuando el primer gobernador fue el vivo ejemplo de la negación de todo lo que idealizo Davis sobre las virtudes de los oficiales? La evidencia en cuanto a ello es el tema de la próxima parte.
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Copyright 2015 por José M.Umpierre. Foto de San Juan copyright por José M. Umpierre. Foto de Luis Palés Matos usado como “fair use.” Los otros fotos en el dominio público.