El racismo ha adquirido renovada prominencia en la cultura norteamericana. Lo evidencian de forma contundente las matanzas que han sacudido el país, más aun cuando tan extremas conductas de desprecio a la vida se ven correlacionadas con la retórica y el discurso del presidente.
Esa discusión es de primera importancia para los Boricuas pues el cimiento ideológico de nuestra condición colonial es precisamente el racismo. En un sugestivo ensayo del NYT, el ex director del FBI James Comey (jamás pensé que habría de citar un sucesor de Edgar J., y aquí me encuentro) propone que el racismo es un caldo radioactivo que subyace la cultura Norteamericana, vista en sus símbolos, valores y realidades.
Los símbolos (la Constitución y la Carta de Derechos) son claros y explícitos en la prédica de igualdad y justicia. Los valores y las creencias han cambiado con los tiempos, superando un racismo de la esclavitud, los linchamientos, la opresión y el terror, contenido progresivamente con leyes y estatutos, así como revisionismo ideológico y verbal. Pero la sopa tóxica no deja de estar ahí, incipiente. El delirio de supremacía y exclusión que altera el sentir de algunos, al momento luce que muchos.
La acentuación del racismo se traduce a políticas y practicas que siguen costando vidas y sufrimiento, ademas de la gigantesca contradicción que constituyen las colonias para la democracia. Para nosotros se manifiesta en un trato desigual (maltrato para algunos) cuando la prédica entera de la Constitución es todo lo contrario, vista en políticas excluyentes y castigos ejemplares. De manera reciente la retención de fondos porque somos pillos y corruptos. Pocas dudas hay de que una camarilla bien cumple con los descriptivos, que podemos extenderlo a partidos y forma de hacer política pero, el pueblo de Puerto Rico ha hecho muy claro el desfase que media entre la clase política y la gente.
A través de la historia, se sostiene que a las colonias se les ha excluido del pleno ejerció de la democracia porque carecen de madurez política y del dominio del ejerció. Que cosas, un país en que tradicionalmente vota menos de la mitad de la población, cuya capital se considera un pantano donde se tramita en billetes, que al momento cuenta un presidente que omite contrapesos legislativos, nos venga a exigir madurez política.
Después de haber tocado fondo, Puerto Rico se encuentra en un estado de fluidez extraordinaria. No es exagerar decir que vivimos tiempos extraordinarios y lo que subyace el fenómeno es precisamente una madurez política que ha dado cátedra. Mas no creo que sirva de ejemplo pues las condiciones que precipitan son singulares y me parece imposibles de traducir.
En este lugar de nativos salvajes, en tres semanas depusimos un gobernador electo, revocamos uno nombrado inconstitucional y vamos camino a una cuarta, pues la tercera patina como la maquina. Un Senado del mismo partido cuestionó la legalidad del nombramiento y el Tribunal Supremo adjudicó unánime que las Constitución se había violentado. Mientras, el pueblo en la calle, alerta, atento, pendiente a cada movimiento. Todavía con su propia convocatoria, sin un tiro, sin un muerto.
La figura protagónica en toda esta Burundanga ha resultado ser la Constitucion. Esta en todas partes y de ser un documento encapsulado en el Capitolio se ha convertido en la estrella del momento. No sabia que en país había tantos constitucionalistas, acaparan titulares, comentarios y es de lo que se habla en la calle.
El viejo argumento de que aquí se carece de madurez política se cae estrepitosamente. Por favor, busque otro motivo y vengan a esta Isla del Encanto para que aprendan como un pueblo reclama su participación. Un pueblo que ante su peor momento, da unas galas que llenan a uno de un orgullo genuino y profundo. Claro que se puede; esta carreta ya se mueve sin bueyes.
Y si se fuese a discutir madurez política como criterio de soberanía, pues señores, nada más con el testigo. Hemos dramatizado que los políticos no son aptos para gobernarnos, el pueblo esta atento y alerta, exigiendo las verdadera democratización de los procesos participativos.
El rio esta revuelto, diría yo que revueltísimo, pero las aguas cada vez se hacen más claras. La crisis ha requerido fecundidad y la creatividad ha dado la cara en su forma mas lucida. La idea y la emoción que han despertado se ha hecho patente en la cantidad de escritos, pancartas y estribillos; no dudo que lo ha de seguir un derroche de arte dramático y pictórico que ayudaran a afianzar que el Verano del 2019 quedara para el mundo y la historia.
Los Estados Unidos de Norte America es un país amplio y diverso, del mismo modo que hay racistas irredentos e imperialista convencidos, hay también gente pensante y prudente, que pretenden encontrar alguna congruencia entre lo que se predica y lo que se practica. Es esos deposito mi confianza y mi convicción de que lo mejor es posible.
Estoy convencido que el ímpetu que todo esto ha despertado desafía las leyes y teorías políticas conocidas. Se ha puesto en marcha una energía con capacidad regenerativa que va a llevar la situación de Puerto Rico hasta sus consecuencias resolutivas. Es imposible a estas alturas intentar disimular lo anacrónico y arcaico de una condición colonial. La madurez política que hemos demostrado nos debe llevar en un cauce ininterrumpido que culmine en un verdadero proceso de descolonización.
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Copyright 2019 by José M. Umpierre. Foto de El Paso en el dominio público. Foto de Casa Blanca copywright por Barrio Dog Productoins, Inc. Foto de manifestacion Puertoriquena courtesia de Sofia Bastidas y Kendal Marsh. Original artwork of Puerto Rican Bull by David Umpierre.