“Cuando el imperio deja de imperar en el exterior para reinar en el país, se abren las puertas del infierno”.- Marcial Ocasio, Historiador
Uno de los profesores de Historia que más respeto y ha influido en mis estudios, Marcial Ocasio, comentó lo dicho arriba con relación a este meme sobre DT y su familia.
Lo irónico es que el presidente electo es un “destilado” de la clase que controla el poder, pero al igual que Hitler, Mussolini y tantos otros dictadores fascistas, su obsesión con el culto a su personalidad está por encima, inclusive, de sus aspiraciones de clase.
No es casualidad que esté llamando a líderes del “establishment” del partido para “considerarlos” para posiciones en su gabinete. Resulta lastimoso ver que detractores como Nikki Haley, Mitt Romney y hasta Ted Cruz, corran a entrevistarse con él sin percatarse, aparentemente, que los está utilizando para cumplir con el simulacro de unificar el partido.
La pérdida de dignidad y la humillación de que serán objeto los “neutralizará” como oponentes, toda vez que una vez no los seleccione no podrán denunciarlo sin comprometer – bueno, perder, una vez más su credibilidad ante el país y el partido. Donald Trump ha demostrado fuera de toda duda razonable que no perdona a quienes percibe que lo traicionan. Solo recompensa a quienes se someten servilmente a sus caprichos.
En algún momento tendrá que ser el mismo “establishment” republicano el que se alíe con el demócrata para residenciarlo, porque todos están conscientes de que, si se entroniza en el poder, sus propias haciendas – que es lo fundamental – y el poder para retenerlas estarán en peligro. Las medidas anti-tratados comerciales amenazan desde ya tanto la producción como las ventas de las empresas que manufacturan y venden sus productos en los mercados con los cuales existen acuerdos como TLCAN-NAFTA.
Toda vez que el recorte de contribuciones de 35% a 15% a las grandes corporaciones no tendrá el efecto de aumentar la producción interna y los empleos, sobre todo si se logra aumentar el salario mínimo federal. En primer lugar, porque la prioridad de toda empresa estadounidense es aumentar sus ganancias, no contribuir a fortalecer la economía. En segundo lugar, porque el concepto de “trickle down economics” nunca ha funcionado. En tercero, porque sienten la incertidumbre de que este ejercicio no será permanente y tratarán de sacarle el mayor provecho posible, como sucedió con la amnistía para las empresas que no estaban repatriando sus ganancias en el 2004.
Las grandes empresas de consumo comenzarán a tener enormes pérdidas de ganancias interna cuando aumente el desempleo y baje el poder adquisitivo de la gran masa trabajadora estadounidense, como por el distanciamiento de las otras economías que romperán – informalmente – acuerdos de colaboración y comenzarán a sustituir a los EEUU en los mercados de consumo globales.
Cuando el aparato militar-industrial y el poder permanente comiencen a sentir el efecto en sus propias ganancias, se le acabará el “nickel” como decían en las fiestas patronales cuando se acababa la trilla en la “machina”.
Si el “establishment” no toma cartas en el asunto a tiempo, si Trump logra que Flynn se apodere del aparato militar (que lo dudamos, pero hemos dudado tanto en estos 18 meses), si Comey le pone el FBI a su disposición para perseguir la prensa, los que protestan y sus enemigos políticos, se habrá traspasado el umbral del espejismo de la democracia y será muy difícil virar para atrás.
Recuérdese que la “mayoría” que lo apoya no sabe de razonabilidad, está armada y más que dispuesta a hacer la guerra contra la izquierda y el centro que están desarmados, desconcertados y desarticulados como Resistencia.
Una vez Trump nombre al juez del Tribunal Supremo controlará las tres ramas de gobierno y, con Comey y Flynn, el aparato policial-militar. Jefferson y Madison se retuercen en sus criptas.
Ojalá esta mirada sea de histeria desde mi balcón izquierdoso, “elitista” (por acceso a datos no por vocación) y liberal. Ojalá esté completamente equivocado… Ojalá…
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Copyright 2016 por José Muratti.